VIVEN

Sentí un tremendo vértigo cuando explotó un trueno/relámpago en medio de la madrugada casi sobre el espaldar de mi cama, en el milisegundo siguiente, cuando recién me estaba empezando a asustar por tremendo estallído la Guille me sacude violentamente y me ordena cual demonete cebado arrastrando un alma perdida:- DESENCHUFÁ LA COMPU!!!!! QUE LA DEJÁSTE PRENDIDA!!!!
la orden me sobresaltó... me recagué en las patas, ya no estoy para estos trotes...ella tiene que comprender que un sobresalto asi puede derivar en un infarto de miocardio con todos los trastornos que esto causaría a la tranquilidad hogareña, el débil orden en el que vivímos se desmoronaría inexorablemente y, a caso, yo podría fenecer, lo que me dejaría en ventaja, y a ella con un kilombo bastante grande ya que no tendría quien le cortara el pasto grátis... o si?... bueno no importa pero el padre de los chicos soy yo que mierda!!!
Continuemos, me levanto bastante mareado, contrariado, y cagado en las patas. Apago la compu que había dejádo comprimiendo unos archivos, tomo agua fría, veo una sombra pequeña, oscura, veloz que apenas hace sonido sobre el piso, atravesar el camino que va a mi pieza... LOREMILPARIÓ el Salva se pasó a mi cama, voy al baño y me voy a acostar.
No solo el Salva estaba en mi cama, también se había pasado Isabel... REMILPARIÓ! bueno les dió miedo la tormenta pobrecitos, en el momento que estaba acostándome nuevamente, con el equilibrio emocional pendiendo de un hilo de coser viejo y resquebrajado, un nuevo relámpago me dió aviso de que se venía una explosión tremenda, apuro el paso me termino de tapar, estalla el trueno, la nena se sacude y me aplíca un certero, incisivo, destellante, seco, doloroso, muy doloroso codazo en el ojo izquierdo... me rindo... inhálo...exhálo... y lentamente voy cayendo en un letargo resignado... angosto letargo ya que lo que ha quedado de superficie en la cama para mi descanso luego de la invasión nocturna sufrida por mi lecho, no es mas que una angustiante lonja al borde del abísmo.

Hasta aquí una cotidiana anécdota familiar, pero como los caprichos de la psiquis nunca dejan de reinventarse, me vi tipo 5 de la mañana con los ojos como dos huevos poché, escuchando la lluvia, vislumbrando los últimos reflejos en la retina de mi inconciente de un sueño someramente pelotudo... yo éste que está acá iba en el auto de los Pomar... no se aún en calidad de qué... si de hijo, perro, esposa... no recuerdo, no puedo recordar más que yo sentado en el auto de los Pomar viajando por la ruta... por qué? eh? por qué???