SE DICE GRABÉ parte I

Una vez filmé un eclípse con una radiografía delante de la lente desde el patio del canal en el que trabajaba, todo se puso de un gris plomo increíble, era un patiesíto chico y a esa hora el sol pasaba por ahí.
Una vez filmé un accidente en el que unos chicos se cayeron al rio con su auto.
Una vez filmé a una chica haciendo el amor conmigo.
Una vez filmé a la noche una tormenta terrible y tan solitária que daba la sensación de ser el único en una ciudad abandonada azotada por la furia.
Una vez filmé una tormenta terrible en un campo en Uruguay, era una noche cerradísima, había alrededor de 3000 personas según los organizadores del foro que nos reunía y el cielo se rajába en explosiones de rayos gigantescos que explotaban con una fuerza y una luz que se hacía de día. Sonaban los tambóres bajo la lluvia y cada relámpago se amplificaba en los gritos y aplausos de la gente. La sensación de lo primario, del espectáculo que brinda la naturaleza tras nuetras cuatro paredes.
Una vez filmé un motín en una comisaría, habían incendiadio un calabozo y los milícos dejáron encerrado a un pibe de 19 años que murió calcinado, a los otros los tenían tirados en la vereda los de la guardia de infantería, con el cuerpo pelado, cabezas peladas en carne viva por las quemaduras y los verdugueaban les pisaban las espaldas, les gritaban sus inmundicias en el oído mientras los changos aullaban de dolor.
Una vez filmé la procesión del pueblo Santafesino entero acompañando los restos del negro Monzón al cementerio. Impresionante ver los barrios bajar al centro, miles a despedirlo, y llorarlo al negro, al gigante Carlitos Monzón.
Una vez lo filmé al Sarna, mi perro mas viejo, el mas compañero, al que le falta hablar, para tener su imágen para siempre.
Una vez filmé al Bichi fuertes meter unos golazos en el cementerio de los elefantes, y la cancha explóta de locura!!!
Una vez filmé todo el oeste de mi ciudad bajo las aguas del río Salado desde un helicóptero, se veían los techos nomás, la tarde anterior habiamos filmado como se inundaba el hospital de niños desde tierra, el agua entraba a una velocidad impresionante por las calles del barrio. Al otro día desde el helicóptero solo se veía el techo del hospital y el sol pegaba con gloria sobre la superficie del agua que reflejaba el azul purísimo del cielo, serena, entre las calles, entre los techos de barrios de 30 000 habitantes y mas; las canoas surcaban la catástrofe en un silencio tan trágico, una imágen tan endemoniadamente hermosa de algo tan salvajemente horroroso.
Una vez filmé a mi mejor amigo exactamente 24 horas antes de que se reviente en un accidente.
Una vez filmé a Salvador e Isabel corriendo por la costa del Colastiné cagados de risa contentísimos de estar conmigo paseando por ahí.
Una vez lo filmé al pelado,en Mar del Plata, totalmente mamados, en una combi, con una compañia de titiriteros del sur, sacando de la galera a un desopilante Mateico cuando pasábamos por el Torreón del Monje.
Una vez filmé un reportaje a Brussa, un juez cómplice de los genocidas, chorreaba olor a miedo y a whisky, la napia era una catarata -que abstinencia tendrás ahora que estás en cana hijo de puta- y disfruté cómo dos bien formados y bien informados periodístas lo hicieron caer en su propio pozo de mierda.
Veo cada vez menos con el ojo derecho, ahora uso el izquierdo en viewfinder.