miércoles, 6 de mayo de 2009

GUITARRA NEGRA - ZITARROSA

...Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvía mis amigos, sus nombres, las noches de café Montevideo, las encomiendas por la Onda con olor a estofado, revisando a mi padre, su Berreta, su Baldomir, revisando a mi madre, su hemiplejia, al Uruguay batllista, a Aristides querido, a mis anarcos queridos bajo bandera, bajo mortaja, bajo vinos y versos interminables... Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfono, distintos bajo los dedos indices, las fotos, el termómetro, los muertos y los vivos, los pálidos fantasmas que me habitan, sus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientes, bajo sospecha de subversión... Y no halló nada... No pudo hallar a Batlle, ni a mi padre ni a mi madre, ni a Marx, ni a Aristides, ni a Lenin, ni al Principe Kropotkin, ni al Uruguay ni a nadie. Ni a los muertos Fernández más recientes... A mi tampoco me encontró... Yo había tomado un ómnibus al Cerro e iba sentado al lado de la vida...

Hay obras que no solo son inmortales, viven y laten con la fuerza del primer día, con la polenta de la primera vez que la garganta del cantor le dió vida a sus ideas. Zitarrosa me urge revuelta, hacer valer la vida, no atravesar al pedo por esta nube de injusticia de muerte y de crueldad. Prenderle la mecha a la vida y que revienten, para que florezcan de las sombras, hechas carne, nuestras esperanzas y nuestras luchas.

Hay una segunda parte de Guitara Negra en el tubo, acá va ésta, no ésta no, ésta parte que es la primera:

3 comentarios:

LA GORDA dijo...

Al que sí parece que encontró fue a Julio López.
¡La parca lo halló rapidito porque se compró un GPS!
Un abrazo (afinado)

ojo vidrioso dijo...

Un grande!

Otras de sus piezas me caben más, Igual, siempre esa voz tiene algo que llega hondo.

Saludos!

Nauta Cousteau dijo...

No sabemos Gorda, el desaparecido no está! desapareció! no tienen entidad! NO ESTÁ!, ya lo dijo un experto en el asunto el inefable y díscolo Jota Erre Videla.

Ojo: tiene muchas canciones del carajo, ni hablar, pero esta en paticular me llega hasta el centro del alma, y mirá que lo escucho desde pendejo y me sigue cautivando.