EL DEDO Y LA RUTA 14

Anoche me estaba acordando de lo bueno que estaba viajar a dedo, no es que nunca me acuerde, gran parte de mi personalidad y elecciones de vida tienen que ver con esa manera de viajar durante años, desde pendejo y lo que esto forjó en mi, ya sea por gente concocida y las experiencias vivídas, tanbién mis defectos y retardos tendrán que ver con esto.
Cuando andás en el medio del campo en esas rutas perdidas a la mañanita temprano, ese aire hermoso y las vacas que te miran con esas caras de guanacas desde atrás de los alambrados, entre otras cosas hay un tremendo sentimiento de libertad y de esperanza, todo está por venir y uno es dueño de uno mismo mas que nunca. Por mas que algo malo seguro vaya a pasar, como demorar mil años en llegar a la próxima parada, o que llueva torrencialmente y nos encuentre a la intemperie, todo es esperanza y la libertad de estar atado meramente a las ganas de comer, al clima y las necesidades básicas, lo demás es todo chupaunhuevo-a-conocer-y-vivir.
Algo que favorecía absolutamente los viajes era la ausencia de teléfono móvil, uno estaba ahí parado donde estaba, solo o con un compañero/a de viaje y hasta que no llegaramos a una estación con teléfono no nos comunicabamos, igual todo estaba pasando en ese momento asi que uno se comunicaba con toda la gente que iba conociendo, en los pueblos la gente siempre ha sido reacia con los mochila aunque en algunos ya estaban acostumbrados a ver pibes viajando.

RUTA 14


Hace unos diez años, me había quedado sin laburo, me había separado hacía unos meses y vivíamos en la casa de calle Urquiza unos cuantos amigos/as, pagábamos alquiler y comíamos gracias a los malabares en el semáforo de Urquiza y Bulevard y alguna que otra changa que pintaban cada tanto de cámara o foto y diseño el rata, que también estaba en la lona y su compañera, Débora, estaba embarazada de la que hoy es la hermosa Manu.
En un arranque le dije a la Guille que nos vayamos a Iguazú, hicímos un par de semanas de ahorro de semáforo y se engancharon Hugo y el chino que viajó con unos zancos que median 1000 metros.
Una madrugada cargamos las mochilas, los malabares y nos tomamos un colectivo hasta un pueblo en las afueras de Paraná. Al toque de la parada a la que llegamos había una estación de servicio, tuvimos el culo que a uno de los primeros camioneros que les preguntamos nos dijo que si y viajaba hasta Virasoro que es una ciudad, creo que pueblo en aquel momento, que está en Corrientes casi al límite con Misiones!!! Ibamos a cruzar todo Entre Rios y todo Corrientes de un solo tirón en el mismo camión, arrancámos de primera.
Al chino que hablaba hasta por los codos lo mandamos adelante con el camionero y con la Guille y Huguito nos fuimos a la caja del camión que estaba vacío y era una chata (cuatro paredes sin techo). Hermoso clíma, lindo sol amaneciendo serían las siete u ocho de la mañana, prendímos uno y a rodar, al principio joya pero después el viento nos congelaba, Hugo guardó la guitarra nos amuchamos y nos tapamos completamente los 3 con la lona del acoplado que estaba ahí doblada, dormimos como chanchos acunados por el retumbe del viaje. Cada tanto nos asomábamos, o por lo menos yo cuando me despertaba de a ratos miraba y veía como iba cambiando el paisaje, en Entre Ríos empiezan a aparecer lomadas en el campo, me hace acordar a Uruguay, no es llano como la pampa central, y empieza a cambiar la vegetación, aparecen las palmeras y otras plantas que nos iban anunciando clímas modestamente mas cálidos. En una de las despertadas coincidímos los tres y cuando fuimos a armar otro no estaba!!! NO ESTABA!! se ve que se nos había volado el bagullo con el viento, buscamos como tarados en la chata, alguito encontramos, un bagullito mas chico pero qué ibamos a hacer en semejante viaje sin nada!!!!! Puta que lo reparió, el primer bajón.
Mas o menos por ahí y con esta preocupación es que me asomé y vi un montón de ganado entre los que se distinguían una buena cantidad de cebúes... que loco le dije a Hugo mirá cuantos bichos, si llega a parar por acá vamos de una corrida a ver si juntamos algún cucu. Ni mierda, jamás paró, claro el vago venía vacío y a los pedos, quería llegar a la casa.
Mas tarde mas cebúes: Hugo, esto es cualquiera boludo, no hay vacas!!!- se estaba poniendo prometedor... la Guille sonreía con espectativas.
El camión corría como un bólido, no paraba y todos esos lomos plateados en el campo, en ese hermoso paisaje de la ruta 14 en la hermosa Corrientes.
Bueno fué, en realidad nos olvidamos, ya veríamos de pegar faso por ahí, después de todo estábamos yendo a Misiones, no? Chau, noni de nuevo bajo la lona/carpa que habíamos improvisado.
Tiempo después empiezan resoplar los frenos del camión , estamos en la entrada de Virasoro a unos pocos kms de Posadas, que bueno haber llegado de un tirón, bajámos, la Guille y el Hugo nos tiran las mochilas desde el acoplado y bajan, típica rotonda de entrada a un pueblo o ciudad chica, cordones pintados de blanco, hermosas plantitas y flores en los canteros al costado de la ruta, pero lo que nos iluminó, lo que de lejos parecía que era pero no sabíamos... será..? si boludo mira la forma! si queridos amigos, en la entrada misma del pueblo/ciudad se erguía flamante, pintada cuidadosamente de blanco, rozagante, una voluptuosa estatua que representaba nada mas y nada menos que a un saludable y gigante Cebú! El llanto y los abrazos emocionados llegaron cuando casi sin entrar en nuestros cabales leímos el letrero que anunciaba que eramos bienvenidos a Virasoro:

"LA CAPITAL NACIONAL DEL CEBÚ"