miércoles, 14 de julio de 2010

LA DICTADURA CELESTIAL

¿En qué momento la marcha por el matrimónio homosexual se convirtió en contra marcha?
Cuál es la conciencia auténtica de una Iglésia que esconde a sus ministros cuando sale a la luz sus sádicas perversiones con criaturas, que bendicen a asesinos; una iglesia que vive en la riqueza, que está fundada mil veces sobre la sangre de sus hermanos, y sigue refundandose en rios de sangre. La conciencia auténtica del catolicísmo es inquisidora, es aplastante, es asesina.
Personas medianamente civilizadas, a una pareja de padres a quienes les late el corazón ¿pueden cimentar la educación y el sentimiento místico de sus hijos bajo los preceptos de una estructura criminal, abusiva, controladora como ésta? ¿de qué me hablan cuando invocan los derechos de los niños personas que reparten entre sus adolescentes cartelitos que afirman que la mayoría de los hijos de parejas homosexuales tiene tendencias suicidas? No pueden hablar de los derechos de los niños personas que en su infinita intolerancia cantan a voz de jarro:"Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura homosexual", ¿a qué niño puede proteger un abuelo que compara a dos personas que se aman con la "mezcla" de un chancho y una gallina?
Es mas que evidente porque la mayoria de la gente opina en esta santa tierra que aca tienen que volver los milicos. Han sido bautizados en aguas infernales.

martes, 6 de julio de 2010

¿VAMOS A ANDAR EN BICI?

Duele mucho loco, duele muchísimo por el Diego y porque nos encanta el mundial. Nos gusta porque nos criamos jugando al bolo en el campito con nuestros primeros amigos o contra los de la otra cuadra, porque fueron nuestras primeras proezas deportivas meter goles imposibles entre dos palos de ropa hecha un bollo. La siesta y la caminata tocando la pelota hasta la canchita, o armar la cancha en la calle: "Auto!"y se paraba la pelota y después seguíamos. Y que garrón cuando el dueño de la pelota estaba en penitencia: "Qué hacemos, vamos a andar en bici?"
Porque fueron nuestras primeras reglas en la vida, los primeros debates sobre lo que es justo y lo que es trampa, y ahí dejábamos la vida en discusiones impresionantes, eramos nuestros propios arbitros y los de afuera son de palo. Los penales y los golentras en el portón mas lindo de la cuadra, las pelotas embarradas estampadas en las paredes como sellos, como marcas de território, como decorado de nuestra calle. Chupenmé un huevo todos los opinologos, el apertura o el clausura son una cosa, pero el mundial lo jugamos todos con el corazón, porque volvemos a ser los héroes de la cancha y esa noche nos ibamos a bañar sin protestar, le contabamos a nuestros viejos la proeza con lujos de detalles y nos ibamos a dormir en una nube y nos dormiamos metiendo goles y haciendo las mismas gambetas, los mismos centros a la olla. Pero si perdiamos, la reflexión, la frustración y la eternidad hasta el día de la revancha.
El mundial es la conección con esas épocas, cuando nos estabamos fogueando en la vida. Alemania son los putos de la otra cuadra, los que tienen la pelota mas nueva, los cancheritos, hasta juegan con botines y canilleras algunos, esta vez nos ganaron, pero esta vez nomás. Y si, si, los campeonatos perdidos se lloran, no se explican, y no es de buen jugador del bolo estar acusando ni buscando al culpable de nada. Perdimos todos.